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Detéctate, buen rollo buenas

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About Detéctate, buen rollo buenas

Violencia sexual: “Todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comen¬tarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comerciali¬zar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo. La coac¬ción puede abarcar una amplia gama de grados de uso de la fuerza. Además de la fuerza física, puede entrañar la intimidación psíquica, la extorsión u otras amenazas, como la de daño físico, la de despedir a la víctima del trabajo o de impedirle obtener el trabajo que busca. También puede ocurrir cuando la persona agredida no está en condiciones de dar su consentimiento, por ejemplo, porque está ebria, bajo los efectos de un estupefaciente o dormida o es mentalmente incapaz de comprender la situación”.

La violencia sexual es una forma más de violencia de género, tal y como define el Convenio de Estambul, firmado por nuestro país en 2014: donde se amplía como delito otras formas de violencia contra las mujeres con el mismo origen y fundamento anteriormente expuesto, como el acoso, la violencia sexual incluida la violación, el matrimonio forzoso, la mutilación genital femenina, el aborto y esterilización forzosos.
La Macroencuesta de Violencia contra la mujer del año 2019, realizada por el gobierno, anuncia que el 40,4% de las mujeres mayores de 16 años han sufrido en algún momento de su vida acoso sexual (73,9% por parte de un desconocido, 34,6% de un amigo o conocido y 17,3% alguien del trabajo). Por lo que nos encontramos con un problema social de primer orden.
La violencia sexual la sufrimos de diferentes formas, sin embargo, la solemos identificar solamente con las agresiones sexuales, lo cual además de preocupante es alarmante, si no lo identificamos no podemos solucionarlo. Y es que nuestra cultura patriarcal, que también se ha colado en nuestras formas de amar y de relacionarnos sexualmente impone una serie de roles a chicos y chicas que nos lleva a interiorizar mensajes que trasladamos en acciones y aceptamos como válidas.
A los chicos, para reforzar su masculinidad se les impone estar siempre sexualmente activos y tener un deseo sexual compulsivo, lo que unido a una objetivación social del cuerpo de las mujeres y una desvalorización de las mismas fomenta la idea de la posibilidad del acceso al cuerpo y a la sexualidad de estas.
Las chicas hemos naturalizado el rol masculino sexual, asumiendo como de manera “natural”, la necesidad imperiosa de actividad sexual en los chicos. Se nos impone un deseo sexual moderado y el hecho de no mostrarnos activas sexualmente aunque sí disponibles en aras del amor, asumiendo chantajes sexuales o presiones e insistencias para mantener relaciones sexuales como parte del juego amoroso. Llevando en realidad a prácticas sexuales no consentidas y a un sentimiento de malestar con nuestras relaciones sexuales.
La ideología del amor romántico, ideología actual para entender el amor y emparejarnos conlleva a unos patrones rígidos para hombres y mujeres. Bajo esta ideología asumimos que en el amor “lo damos todo”, nuestro cuerpo, nuestra seguridad, nuestro bienestar…. Y bajo esta idea, si mi pareja me pide una foto desnuda o con contenido erótico se la voy a mandar. El amor romántico también diseña el amor “para toda la vida”, por lo que no tengo presente la posibilidad de extorsión a través de mis fotos mandadas.

Las diferentes formas en las que se manifiesta la violencia sexual son: Violación, agresión sexual, abuso sexual, acoso sexual, stalking, acoso sexual callejero, ciberdating, sexting, sextorsión, grooming, ciberacoso

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